Sobre el destino se habla en muchas obras dramáticas. El hinduismo cree en el karma. Según esta teoría cada cosa que sucede corresponde a una ley que creemos casual pero que no lo es. En este caso el destino es como cuando uno tira una moneda al aire: sabemos que la moneda tarde o temprano tendrá que caer porque hay una ley, que es la ley de gravedad, que gobierna a los objetos sólidos. La ley que rige el destino de las personas es muy compleja y se la denomina de correspondencia.
Muchos dicen que el destino está anotado en un mundo etérico, en un cuerpo inmaterial, y que puede leerse. Este destino tiene información del pasado y también del futuro. De esta manera quien tenga acceso a ese registro podrá saber su destino.
Muchas mancias se apoyan en esto para saber el destino de las personas. Las mancias no hacen más que ser una especie de puente. El Tarot, la lectura de las líneas de la mano, la lectura de la borra del café, etc. no son más que intermediarios entre ese destino que está anotado en algún lado y el vidente.
Por eso se dice que hay personas que están predestinadas a estar juntas. Que hay situaciones que están destinadas a darse.
Saber interpretar el destino no es fácil pero nada escapa a las leyes esotéricas y conociéndolas podremos, entre otras cosas, conocer nuestro destino y el de las personas que nos circundan.
El destino, no hay casualidades.
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