Se dice que la energía vital circula por todo el universo. Ella es la responsable de que crezcan las plantas, de que crezcan los animales y que la vida se reproduzca sobre la tierra.
Para la cultura china la energía vital se denominó Chi, para los japoneses Ki, y para los hindúes Prana, pero independientemente de cómo se llame en diferentes escuelas y en diferentes partes del mundo, sabemos que la energía vital es la que hace marchar al mundo.
La energía vital circula por el cuerpo humano por medio de los chacras y por medio de las líneas de energía que bien conoce la acupuntura.
El maestro sabe manejar su energía o Chi, él conoce los puntos energéticos para revitalizarse y se dice que hay quienes pueden, por medio del buen manejo de esta energía, vivir más de doscientos años.
El Chi, Ki o Prana es conocido desde hace milenios, los médicos antiguos miraban el Chi de una persona y sabían cómo estaba de salud.
El Chi es un elemento que puede conservarse, puede gastarse, puede purificarse. Las diferentes escuelas y los diferentes rituales, meditaciones, y demás prácticas siempre tienen en vista el estado del Prana o energía vital en el discípulo.
La respiración y la intención son dos elementos muy importantes en este manejo y conservación de esta energía.
La conservación de la energía vital es muy recomendada. El Tantra se ocupa de esa conservación en las relaciones sexuales. Se dice que el hombre debe conservar su energía vital por medio del control de la eyaculación.
En la antigua china hay libros que hablan en forma explícita de este tema, y le indican al emperador las maneras de ahorrar su Chi o Prana.
La energía vital, algo muy importante.
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