Esta es la historia de cómo el Tarot y “El Haya” del horóscopo Celta pudieron acabar con una mentira.
Se sabe que todos lo horóscopos y todos los Tarot están unidos.
Los Celtas fueron un pueblo muy sabio y tomaron como consejeros a sus árboles, en base a ellos hicieron un horóscopo .Ellos daban un árbol protector a cada persona de acuerdo a la fecha de nacimiento. Querían mucho a los árboles y respetaban mucho a la naturaleza. Fueron los guardianes de los bosques y todas las historias de gnomos y hadas se las debemos a los celtas.
Dentro de los signos del horóscopo Celta hay cuatro que son muy especiales: los que corresponden a los equinoccios y a los solsticios, las personas que nacieron en un día determinado corresponden a estos signos. El Olivo corresponde al equinoccio de otoño (23 de septiembre), el Roble al equinoccio de primavera (21 de marzo), el Abedul al solsticio de verano (24 de junio) y el Haya el solsticio de invierno (22 de diciembre).
El trabajo del Tarotista es siempre tener la mayor cantidad de elementos para poder ayudar a sus clientes. Esta historia real sirve como ejemplo:
Como el Tarot y «El Haya» Celta ayudaron a una mujer (historia real).
No daremos los nombres por razones obvias. Un Tarotista muy famoso recibió en su consulta a una mujer que estaba preocupada porque que veía a su marido muy extraño últimamente y temía que la estuviera engañando con otra mujer.
El marido era un hombre de negocios muy respetado y muy formal, con un muy buen pasar económico, y aunque un poco aburrido, era lo que muchas mujeres quieren: alguien que sostiene el hogar, que hace buenos negocios, que mantiene a su familia.
El vidente tiró las cartas de Tarot preguntando quién era ese hombre y como respuesta recibió la carta “El emperador”. Esa carta se correspondía bastante con la descripción que hacía la mujer de su marido.
Cuando preguntó cuál era la situación sentimental le respondió la carta “La Torre”, esa carta hablaba de que algo estaba destruyéndose, sin lugar a dudas significaba la relación con su esposa que ya no funcionaba.
Pero el Tarotista sentía que había algo oculto en ese hombre. Preguntó qué tipo de energías estaba manejando el hombre y salió la carta “El diablo”, que le indicaba que el hombre estaba en un camino no muy claro, se estaba manejando con un engaño.
Pero el vidente no encontraba qué era lo que el hombre estaba ocultando. Preguntó a la mujer la fecha de nacimiento de su marido y ella dijo el 22 de diciembre.
El hombre en el horóscopo occidental era de capricornio, y eso también hablaba de su personalidad, de sus éxitos en los negocios y de su forma de ser, muy trabajadora. Pero luego recordó el horóscopo Celta y se dio cuenta que el hombre correspondía al signo El Haya.
El Haya es un signo que tiene un componente femenino muy grande, esto le llamó la atención al vidente .Volvió a mesclar las cartas y preguntó si el hombre tenía otra relación. Y salió otra vez la carta “El emperador”, el Tarotista estaba mareado y no entendía, pero luego en su mente apareció como un rayo la respuesta: el hombre tenía otra relación, sí, pero con otro hombre. Entendió que “El emperador” era otro, igual a él, y que el signo El Haya encajaba como anillo al dedo a su personalidad, ya que los nacidos en este signo tienen el componente empresarial, serio, pero también un instinto femenino y cierta tendencia a la maternidad y a cuidar a otros.
El vidente vio que el hombre con el que salía el marido de la consultante era un hombre más joven.
Estas cosas pasan, la esposa salió de la consulta enojada pero luego volvió reconociendo la certeza del vidente cuando descubrió que su marido tenía una relación con un joven empleado de su empresa.
Una historia real que nos habla de cómo el Tarot y en este caso El Haya del horóscopo Celta pueden revelarnos las cosas ocultas que sospechamos de los demás.
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