El mundo está dividido en opuestos: blanco-negro, frio-caliente, lindo-feo, ying y yang, etc.
En nuestro interior también existen los pares de opuestos y nos movemos a partir de ellos.
Es así que vemos algo como lindo y tenemos en nuestro interior lo opuesto, es decir aquello que no nos gusta.
Esto en oriente se llama dualidad.
El objetivo de cualquier meditación y cualquier práctica espiritual es salir de la dualidad.
¿Por qué? Se supone que los pares e opuestos están en un plano que no es el plano del alma o del espíritu.
Cuando en una persona no existe dualidad esa persona está en un nivel altísimo de vibración espiritual, permaneciendo en un estado que no es el común del ser humano.
Si alguna vez has experimentado ese estado sabrás que lo bueno o malo, lo lindo o feo desaparecen.
La iluminación espiritual consiste en aprender a salir del estado de dualidad para adéntranos en la comunión con el uno.
El universo es dual, pero todo parte de una unidad. Eso que parece una paradoja no lo es. Antes de que existiera la luz o la oscuridad existió un centro que no tenía esos opuestos, ese centro que fue el creador y que algunos llaman dios es un centro que no tiene dualidad.
Exentos de dualidad podemos andar por el mundo sintiendo las cosas, los momentos y los seres desde un lugar que es más cercano a esa fuente primordial que no tiene dualidad.
Es decir: hay una fuente que no es dual, cuanto más salgamos de la dualidad más cerca de esa fuente estaremos. Al estar más cerca de esa fuente viviremos la vida en forma muy diferente a cómo la vivimos ahora.
Sin dualidad la vida se presentará en todo su esplendor. Porque a partir de que salimos de la dualidad desaparece el conflicto y… ¿no es cierto que uno de nuestros mayores problemas es el conflicto? ¿No es cierto que vivimos nuestras vidas conflictivamente y eso nos hace infelices?
La dualidad es lo que causa sufrimiento, esto lo dicen todos los maestros de oriente. Si salimos de la dualidad salimos del sufrimiento.
Es por eso que el maestro trata de mantenerse equilibrado entre los pares de opuestos.
Has pensado que el opuesto del amor, es el odio. Por eso siempre ten en cuenta que si esa energía se trasmuta puede transformarse en odio. Mientras en una relación exista el odio, siempre habrá esperanzas de reencuentro. Porque como dice el refrán: “no han nada peor que la indiferencia”, el que tiene indiferencia, salió de los pares de opuestos y está libre.
Muchos quieren saber qué son los pares de opuestos pero no se atreven a mirar esta realidad.
Salir de ese mundo de blanco y negro es muy difícil. Tomar las cosas relativamente es algo complicado. Hay que aprender a estar equilibrados, en el centro de la balanza.
¿Se puede? Yo creo que sí. Para volver a la unidad de la fuente y ser uno con el todo.
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